viernes, 10 de julio de 2020

Universo Animal Ilustrado: el rinoceronte y el unicornio (parte 1)

Querid@s lector@s:

En esta ocasión les presentamos la primera entrega del proyecto Universo Animal Ilustrado en la BPRD, que trata en específico las imágenes de algunos de los animales que aparecen representados en las colecciones de la Biblioteca.

Ésta trata sobre el rinoceronte (y de manera indisoluble, como veremos, también el unicornio). Este contenido se desarrollará en dos publicaciones, por motivos de extensión. Esperamos sean de su interés.


Introducción

El rinoceronte, originario de Asia y África, era poco conocido históricamente en Europa. Se sabe que algunos ejemplares llegaron a Europa al circo romano, gracias a Cayo Plinio Segundo, más conocido como ‘Plinio El Viejo’ (23-79 d.C.)[1] en su célebre Naturalis historiae, que nos ha llegado traducida a lengua vernácula como Historia natural. A tal efecto, estos enormes animales fueron traídos desde lugares lejanos para combatir en la arena durante los juegos de Pompeyo Magno (106-48 a.C.), y en esta misma fuente aparece ya perfilado como enemigo del elefante.

Plinio menciona su característico cuerno en la nariz –el significado de su nombre lo toma de esta particularidad, ya que etimológicamente el término “rinoceronte” procede del griego rhinokérosrhinokerotos, formado con rhísrhinós ‘nariz’ y kéraskératos ‘cuerno’, porque este animal tiene uno o dos cuernos en la línea de la nariz.

Rinoceronte vs. unicornio

Una de las primeras fuentes occidentales que hablan sobre el unicornio fue escrita por el médico e historiador griego Ctesias de Cnido (segunda mitad del siglo V a.C.), quien menciona que en Indostán hay asnos silvestres con un cuerno y diferentes colores en su cuerpo (Borges y Guerrero, p. 53). De acuerdo con Plinio, los unicornios tienen diferentes partes de diferentes animales ensambladas: cuerpo de caballo, cabeza de ciervo, patas de elefante y cola de jabalí, y portan un cuerno en la frente (Plinio, 1624, p. 389), siendo por tanto animales quiméricos simbólicos.

Plinio recoge que las sagradas escrituras en hebreo denominaban al rinoceronte reen, al igual que al unicornio, debido a que ambos animales poseen la peculiaridad de ostentar un único cuerno. Posteriormente, según recoge Pastoreau (2019, p. 134), se asimilan en el saber medieval estos dos animales bajo el sobrenombre de “monoceros”, término que significa ‘un cuerno’. Las connotaciones que esto puede tener para la posteridad del saber occidental son variadas: en casi todas las fuentes consultadas se habla sobre el unicornio y el rinoceronte haciendo un recorrido por su historia se menciona el ‘parentesco’ al menos formal entre ambos, así como su etimología asimilable en algunas lenguas; en estos dos animales se destaca su fuerza y letalidad; esta asimilación provoca una fusión entre ambos hasta el punto de que en la enciclopedia de Isidoro de Sevilla (principios del siglo VII), se menciona que una cornada de unicornio puede provocar la muerte de un elefante (Borges y Guerrero, p. 53), por lo que parece que ambivalentemente tanto el unicornio como el rinoceronte son animales que parecen estar destinados a estar enfrentados al elefante en la disputa por ser el animal más fuerte.


Otra importante fuente que alimentó desde época remota la existencia del unicornio es el Physiologus griego, manuscrito que se estima podría datar del siglo II al IV en el que aparecieron descripciones moralizantes de animales y seres fantásticos. Su difusión fue muy amplia en la Edad Media, gracias a diversas traducciones, que nos han permitido su conocimiento, ya que no se ha conservado el documento original. Esta fuente sin duda precedió a los bestiarios medievales que proliferaron desde el siglo XII. En base a lo indicado en esta fuente, en que se habla del mal ánimo del unicornio, varios autores posteriores lo vieron como una prefiguración del mal, asimilándolo con Satán (Jung, 1995, pp. 426, 427). 

Por último, cabe reseñar que hay varias especies de rinocerontes, y al rinoceronte indio se le denomina rhinocerus unicornis, ya que hay otros ejemplares que poseen un segundo cuerno, a diferencia del indio, que solamente tiene uno. Al parecer, este tipo de rinoceronte fue el primero que se conoció en Occidente gracias a los viajes de las tropas de Alejandro Magno, y se cree que su avistamiento pudo influir en la generación del mito del unicornio, razón por la que se le denomina de esta manera.

Si bien hay diferencias importantes entre ambos animales –el unicornio es un animal quimérico, compuesto por diferentes partes de otros seres, y por tanto fantástico y simbólico; mientras que el rinoceronte es un animal real–, si tratamos de retrotraernos en el tiempo, ambos animales eran igual de desconocidos y tenían la misma posibilidad de ser ficticios y por tanto, meramente mitológicos.

Cabe añadir, que hasta su llegada a territorio europeo tras siglos en que su existencia estuvo puesta en entredicho, ambos se consideraban símbolos de ferocidad, fuerza, y casi inmortalidad. Debemos además tener en cuenta que a comienzos del siglo XVI nace la zoología científica, pero se mantendrá por algún tiempo la confusión entre animales reales y mitológicos (Morillo, 2007, p. 2104).

Gerónimo Cortés escribió acerca de la dualidad del unicornio y el rinoceronte:
“Algunos Autores llaman al Vnicornio Cavallo Indico, por la femejança, poftura, y braveza que con èl tiene, como fon Plinio y Eli[¿]no. Otros quieren, como Solino, y San Ifidoro, que el Vicornio fea el Monoceronte , ò Rinoceronte , como fe lee en Griego , porque los que han efcrito de efte animal le atribuyen todas las calidades , propiedades , y poftura del Vnicornio , y afsi quieren que todo fea vno : quien quifiere vèr argumentos en contra , y en pro de efto que vamos tratando , lea el libro de la hiftoria de Animales Terreftres , que doctamente efcribviò Francifco Velez de Are niega […] El cuerno del Vnicornio tiene grandes propiedades , y excelencias […]” (pp. 298, 299)

El unicornio fue visto como emblema de Mercurio, cuya simbología pasó del paganismo romano al cristianismo, siendo finalmente asimilado como prefiguración de Cristo (Jung, 1995, p. 420).


El simbolismo del cuerno


El elemento central que hace que ambos animales –tanto el mitológico como el real– se asimilen, es que ambos portan un cuerno, lo que aparentemente les favorece en la lucha contra otras especies. El cuerno es un símbolo de abundancia en algunas culturas, que bajo la denominación de cornucopia (del latín cornu, 'cuerno' y copĭa, 'abundancia'), generaron un elemento que simbolizaba la prosperidad, y se remonta al siglo V a.C. en Grecia.  

Desde tiempos remotos, se ha considerado que el cuerno del rinoceronte era muy valioso por tener propiedades medicinales. En paralelo, el unicornio era también codiciado por su cuerno. Morillo (2007) afirma que por su cuerno de la salvación, el unicornio fue asimilado con Jesucristo; por su predilección por las doncellas, ya que duerme en su regazo, el unicornio ha sido visto como una prefiguración del Espíritu Santo, pero también por su ferocidad y maldad también se ha visto asimilado con el diablo (Accatino, 2000).  


El cuerno de ciertos animales como el rinoceronte o el unicornio se ha visto como un símbolo de fortuna, fuerza y salud. Este atributo además se ha asimilado con la cruz de Jesucristo, y por ende, con su naturaleza como juez y salvador (Jung, 1995, p. 423).


Habitualmente el cuerno del unicornio se representa de manera similar al del narval o ‘monodon monoceros’, animal acuático que posee un largo cuerno helicoidal. En época medieval, sus cuernos eran tratados como si fueran de unicornio, por lo que el mito del unicornio pudo haber sido alimentado por este histórico animal marino. 

Un rinoceronte en Lisboa

En 1497 Vasco da Gama abrió la ruta marítima a la India por el Cabo de Buena Esperanza, lo que supuso la apertura a un amplio intercambio comercial, y por ende a conexiones culturales entre Occidente y Oriente. De acuerdo con Wittkower (2006, p. 20), la transmisión cultural que se genera con esta apertura se realiza en tres ámbitos –comercio, asimilación y adaptación, y por último, completa transformación–. En el caso de la llegada de ejemplares de animales exóticos y desconocidos, rompía con un velo de misterio que envolvía algunas de las especies más lejanas, y muchas llevaban aparejadas un cierto simbolismo asociado. En el caso que nos ocupa, se trata de la fuerza y la letalidad.

En mayo de 1515 llegó a Lisboa un ejemplar de rinoceronte indio conocido popularmente como “Ganda“ por su cuidador, y bautizado como “Ulises” por los navegantes. Este portentoso animal fue un regalo del sultán Muzaffar Shah II de Cambay a Alfonso de Alburquerque –entonces gobernador de las Indias–, quien decidió a su vez regalarlo al rey Manuel I de Portugal (Gutiérrez). Este monarca deseaba resolver el enigma de cuál era el animal más fuerte, si el elefante o el rinoceronte. Conviene aclarar que en este momento proliferaban en Europa las denominadas ‘casas de fieras’ o ménagerie, destinadas a albergar animales exóticos, que suponían a su vez una ostentación del poder económico de sus dueños. Éstas son un antecedente directo de los actuales zoológicos. A su llegada, Ganda se alojó en la casa de fieras del Palacio de Ribeira en Lisboa (Gutiérrez).

El rinoceronte, tras haber saldado su disputa y haber impresionado a aquellos que pudieron verlo de cerca, fue ofrecido al papa León X. Sin embargo, el animal no llegaría a este destino, pues el navío en que viajaba naufragó, debido a que realizó la travesía amarrado. 

Ganda retratado por Durero

La disputa se saldó con la innegable derrota del elefante, y esta reyerta provocó que la simbología animal se modificara, dando como resultado que durante el siglo XVI se le representara como el más fuerte de los animales (Pastoreau, 2019, p. 136). En paralelo, curiosos y sabios se sintieron atraídos por este paquidermo. Entre ellos, dibujantes y artistas también quisieron saciar su interés por conocerlo, observarlo, y también algunos artistas quisieron retratar a este gran mamífero. En la actualidad no se conserva ninguno de estos retratos del natural, pero sí sabemos que a través del intercambio entre artistas lusos y alemanes, llegó a manos de Alberto Durero –probablemente a través del impresor portugués Valentim Fernandes– un boceto del animal acompañado de una descripción (Pastoreau, 2019, p. 136). En base a este bosquejo y desde su taller en Núrenberg el artista realizó una xilografía que ha sido consagrada por la historiografía del arte como una de las representaciones más conocidas, reproducidas e inspiradoras desde 1515 hasta la actualidad. El texto que acompañaba a la representación del animal, fue traducida al alemán e incorporada en la propia plancha, cuya traducción al español podría ser:

“En el primero de mayo del año 1513 [sic], el poderoso Rey de Portugal, Manuel de Lisboa, trajo semejante animal vivo desde la India, llamado rinoceronte. Esta es una representación fiel. Tiene el color de una tortuga [o sapo, según la traducción] moteada, y está casi completamente cubierto de gruesas escamas [o capas gruesas]. Es del tamaño de un elefante, pero tiene las patas más cortas y es casi invulnerable. Tiene un poderoso y puntiagudo cuerno en la punta de su nariz, que afila en las rocas. Es el enemigo mortal del elefante. El elefante se asusta del rinoceronte, pues, cuando se encuentran, el rinoceronte carga con la cabeza entre sus patas delanteras y desgarra el estómago del elefante, contra lo que el elefante es incapaz de defenderse. El rinoceronte está tan bien acorazado que el elefante no puede herirle. Se dice que el rinoceronte es rápido, impetuoso y astuto”.  (Wikipedia; Pastoreau, 2019, p. 136).

Alberto Durero: rinoceronte. Xilografía sobre papel, 1515. British Museum, Londres

Debido a que esta imagen confirmó la veracidad de la existencia de los rinocerontes, que en aquella época era plausible dudar de su existencia real, debido a que no se había visto uno en Europa desde época romana. Por tanto, esta representación fue la muestra de la existencia real de este animal, que bien podría considerarse mitológico.

Destacan en la xilografía de Durero algunas imprecisiones. Quizás la más llamativa sea que su piel no es escamada, y que tampoco está conformada por algunas de las estructuras que a modo de armazón el artista incorpora –a diferencia de los pliegues que posee, que sin duda son una de sus características más llamativas; aunque sí es cierto que su piel no es lisa, quizás la manera de representarla en este grabado, con círculos y otras estructuras no basadas en la realidad, pudo resultar más efectiva–. Además, el segundo cuerno que incorpora en la parte de su espalda es pura invención, ya que hay otras razas de rinocerontes que tienen un doble cuerno, se trata de ejemplares africanos y no asiáticos, y que lo tienen más cercano a la zona nasal.

Uno de los motivos por los cuales este grabado tuvo una gran repercusión es, probablemente, porque la fama que el propio artista había alcanzado en Europa desde los últimos años del siglo XV. Esta estampa, de la que se cree que se llegaron a imprimir unas 5.000 copias cuando el artista todavía estaba vivo, y a las cuales se incorporaron probablemente algunas más tras su fallecimiento, hicieron que esta imagen de 1515 se considerara canónica durante siglos. En el siglo XVIII llegó otro ejemplar llamado Clara a Europa, y diversos artistas pudieron representarla del natural en sus viajes por el continente (Morillo, 2007), lo cual no restó importancia a la imagen canónica de Durero. A pesar de que otros artistas pudieron generar retratos del natural de otros rinocerontes, la imagen del alemán fue tan extendida que por largo tiempo perduró en la memoria y la historia visual de la representación de este animal.

Es interesante cómo esta representación permea en la visualidad de tal manera que se vuelve icónica para el mundo occidental, gracias a la amplia difusión y distribución de las copias del grabado realizado por el artista alemán. Ningún otro animal en la historia del arte ha resultado tener un calado de tanta magnitud por tanto tiempo, y haber conseguido permear tanto a través de una representación visual como el rinoceronte de Durero.

Raquel Abella López
Co-investigadora Proyecto "Universo Animal Ilustrado en la BPRD"

Bibliografía y referencias

  • Accatino, Sandra (2000): Bestiarios medievales. Artes y Letras, El Mercurio, 30 de enero de 2000.
  • Borges, Jorge Luis y Guerrero, Margarita: El Libro de los Seres Imaginarios, disponible en http://biblio3.url.edu.gt/Libros/borges/imaginarios.pdf [consulta: 30 de junio de 2020].
  • Chao, Eduardo (1853): Museo pintoresco de Historia Natural. Descripción completa de los animales, vejetales y minerales útiles y agradables… Tomo II. Zoología. Madrid: Imprenta de Gaspar y Roig, Editores.
  • Cortés Medina, Ernesto (s/f): Crónica histórica de los rinocerontes, disponible en: http://sitios.itesm.mx/va/ccl/cronica1_1.html [consulta: 30 de junio de 2020].
  • Cortés, Gerónimo (1672): Tratado de los animales terrestres y volátiles, y sus propiedades. Valencia: Benito Macè.
  • Ferrer de Valdecebro, Andrés (1696): Govierno general, moral, y políticohallado en las fieras y animales silvestres. Barcelona: En casa de Cormellas, por Thomas Loriente, impresor.
  • García Arranz, José Julio (2017): “Zoología simbólica: los animales en los libros de emblemas, empresas y bestiarios ilustrados de la Edad Moderna en España”. García Huerta, Rosario y Ruiz
  • Gómez, Francisco (coord..): Animales y racionales en la historia de España. Madrid: Sílex Universidad, pp. 398-454. Disponible en https://www.academia.edu/35356621/Zoolog%C3%ADa_simb%C3%B3lica_los_animales_en_los_libros_de_emblemas_empresas_y_bestiarios_ilustrados_de_la_Edad_Moderna_en_Espa%C3%B1a [consulta: 30 de julio de 2020].
  • Gutiérrez, Montserrat https://www.artycultura.net/2015/09/el-insolito-rinoceronte-de-durero.html
  • Jung, Carl Gustav (1995): Psicología e alchimia. Torino: Bollati Boringhieri.
  • L’histoire du rhinoceros de Dürer, disponible en https://www.carredartistes.com/fr/blog/l-histoire-du-rhinoceros-de-durer-n109 [consulta: 30 de junio de 2020].
  • Martínez Moro, Juan (2004): La ilustración como categoría. Una teoría unificada sobre arte y conocimiento. Gijón: Ediciones Trea.
  • Morillo, Aníbal (2007): El quinto rinoceronte. La insólita aparición de un extraño mamífero en el mundo del arte y la anatomía. Rev. Colomb Radiolol, pp. 2104-2107. https://es.scribd.com/doc/304738570/El-quinto-rinoceronte [consulta: 1 de julio de 2020].
  • Nata Gayoso, Luis (1892): Las ciencias naturales al alcance de los niños. Programa que de las nociones de estas ciencias formó para las escuelas de primera enseñanza D. Luis Nata Gayoso… Undécima edición notablemente aumentada, corregida y mejorada por el profesor D. J. Plá Villalonga. París: Garnier Hermanos, Libreros-Editores.
  • Plinio, Cayo [Plinio el Viejo] (1624): Historia natvral de Cayo Plinio Segundo. Traducida por el licenciado Geronimo de Hverta [...Disponible en: https://ia800305.us.archive.org/1/items/historianatural00segogoog/historianatural00segogoog.pdf [consulta: 30 de junio de 2020].
  • Pastoreau, Michel (2019): Animales célebres. Del caballo de Troya a la Oveja Dolly. Madrid: Periférica.
  • Pastoreau, Michel (2016): Una historia simbólica de la Edad Media occidental. Madrid: Katz Editores.
  • Tempesta, Antonio (1650): es Nova raccolta deli Animali più curiosi del Mondo disegnati et intagliati da Antonio Tempesta... RomaGio. Giacomo Rossi.
  • Wittkower, Rudolf (2006): La alegoría y la migración de los símbolos. Madrid: Ediciones Siruela.
  • https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A9nagerie
  • http://www.rhinoresourcecenter.com





martes, 30 de junio de 2020

Libro(s) del mes: Museo pintoresco de historia natural. Tomo II, Zoología

Bajo la colección Biblioteca Ilustrada de Gaspar y Roig, Los tres reinos de la naturaleza se publicó en 1853 el Museo pintoresco de Historia natural. Descripción completa de los animales, vejetales, y minerales útiles y agradables [...] obra arreglada sobre los trabajos de los más eminentes naturalistas de todos los países, Buffon, Blanchart, Boitard, Brogniard, Cavanilles [...] Con todos los descubrimientos posteriores hasta el día por una sociedad de profesores asociados a don Eduardo Chao. É ilustrada con una magnífica y numerosa coleccion de láminas en vista del natural, y los planos del Gabinete de Historia Natural y del Jardín Botánico de Madrid. Tomo II. Zoología. Fue impreso en Madrid, en la Imprenta de Gaspar y Roig editores.




Este tomo pertenece a la colección de Santo Domingo, que fue depositada en el convento de la Recoleta Dominica, y en la actualidad conforma parte de las colecciones que se encuentran en comodato en la Biblioteca Patrimonial Recoleta Dominica.

Al igual que otros de los ejemplares que se encuentran en la biblioteca y que poseen imágenes de animales, está siendo investigado en el marco del proyecto Fondart Universo Animal Ilustrado en la BPRD.

Este ejemplar da cuenta de gran cantidad de ilustraciones de animales de diferentes procedencias, suponiendo un compendio, como se indica en su título, del saber zoológico del momento.





Las representaciones que aparecen son bastante aproximadas a la realidad, de corte naturalista y siguiendo la fisonomía y características propias de cada especie animal. 




Acompañando a las referencias visuales, el texto recoge el contexto de estas especies, proporcionando un conocimiento sobre el mundo animal destacable para su época. En el siglo XIX ya quedaron por completo atrás las representaciones simbólicas de animales fantásticos, y podemos encontrar descripciones fidedignas de sus hábitat y formas de vida.



Destaca que en este ejemplar se incluye en su parte final un estudio del ser humano, insertándolo dentro del reino animal, y en concreto cercano a sus antecesores en la especie evolutiva, el chimpancé o el orangután. 






lunes, 22 de junio de 2020

Cirugía de la guerra, de Eduardo Moore Bravo

En 2019, el investigador Pablo Mendoza Topaz (Magíster en Edición por la UDP), halló al interior de la Biblioteca Patrimonial este ejemplar, al que ha dedicado un exhaustivo estudio, que se reproduce a continuación. Esta investigación se enmarca dentro de los estudios de cultura material del libro. 

CIRUGÍA DE LA GUERRA DE EDUARDO MOORE BRAVO

El estudio del libro Cirugía de la Guerra (1897) de Eduardo Moore desde 
la perspectiva de la cultura material permite situarlo en su época exponiendo 
los circuitos de importación desde Europa y revelando paralelos ideológicos 
entre un libro de uso médico-militar y textos de estudio infantiles de 
extendida difusión.


Para comenzar, referiré las condiciones generales en que fue encargada la escritura del libro -reacción del estado y la academia ante las consecuencias de la Guerra Civil de 1891- y las circunstancias de su producción e importación desde Alemania, luego me referiré al formato y encuadernación y terminaré por establecer similitudes de codificación textual y visual con libros distribuidos en Chile como parte de la educación primaria y producidos por la misma imprenta/editorial.

1. Producción y recepción del libro. La industrialización de procesos (impresión, producción de papel, corte y encuadernación), provocó en Europa una progresiva disminución de los costes de producción editorial durante el siglo XIX a la par que aumentaba el número de ejemplares por tiraje. A fines del siglo la producción editorial conjunta de Gran Bretaña y Francia se vio desplazada en términos numéricos por la de Alemania unificada (Segundo Reich). La producción de los géneros de la novela y los libros educativos fue la más favorecida. Esto último llevó a que nacieron grandes fortunas cuando editores como Luis Hachete y Thomas Nelson abastecieron a los estados de los textos requeridos por la educación primaria obligatoria (Lyons, 2012, PP.271-301).

La saturación del mercado interno europeo tuvo como efecto la exportación hacia las colonias o ámbitos de injerencia económica y Chile no fue ajeno a este proceso. Así es como entre 1881 y 1905 la imprenta F. A. Brockhaus, de Leipzig, empresa reconocida por la publicación de enciclopedias-fundada en 1805 y aún en funcionamiento-, editó cerca de un millón de ejemplares para instituciones educativas chilenas (Ceballos, 2008, p. 44). Por mencionar algunos títulos, haciendo una revisión del catálogo de la Biblioteca Nacional: La geografía de los niños: Nociones elementales de geografía moderna arregladas para el uso de las escuelas primarias de la república de Chile (1887); La Tierra: lecciones de jeografía para el uso de las escuelas públicas de Chile (1891).1
(nota al pie 1): La misma editorial imprimirá los cuatro títulos de la colección Biblioteca Chilena: Recuerdos literarios, de José Victorino Lastarria; Artículos y estudios de costumbres chilenas, de Jotabeche; Leyendas, de Salvador Sanfuentes y Descubrimiento y Conquista de Chile, de Miguel Luis Amunátegui.

Según muestra el historiador Álvaro Ceballos (P.61) mediante el estudio de correspondencia y archivos comerciales de la editorial alemana, autores-educadores como José Abelardo Núñez recibian pagos de esta empresa mediante comisiones y otros beneficios. En definitiva, eran a la vez agentes del estado y empleados de la empresa a las que este prestaba servicios. En la república oligárquica, con una administración enriquecida gracias a los impuestos del salitre, "la corrupción se desarrollaba sin restricciones", por ejemplo, mediante la contratación de políticos en cargos directivos o jurídicos por parte de empresas nacionales y extranjeras (Portales, 2004, P.153-160).
En el mismo periodo fueron cuantiosas las compras estatales de armamento a Alemania, a firmas como Krupp y Loewe, considerando artillería, fusiles, carabinas y embarcaciones (Quiroga, pp.74-76). Misma etapa en que se incorporaron a las fuerzas armadas militares prusianos que actuaron como agentes intermediarios en la venta de armas a Chile, entre ellos Emil Körner Henze, contratado por el gobierno de Balmaceda y luego soldado del bando congresista.
La prusianización, desplazamiento del polo de influencia cultural desde Francia hacia Alemania como centro de prestigio y legitimidad, tendrá dos flancos, para usaruna metáfora bélica. De un lado las reformas educativas y del otro reformas militares: compra de armas así como adopción de reglamentos, procedimientos y uniformes (Garay y García). En ambas trincheras, la educación civil y la militarización, los productos editoriales ocuparon una modalidad similar de articular un discurso mediante texto e imágenes.

El "Apéndice" de Cirugía de la Guerra nos permite reconstruir la "pre-historia" del libro. El 3 de mayo de 1893 la Facultad de Medicina y Farmacia de la Universidad de Chile llamó a concurso para la escritura de un Manual del cirujano militar chileno, con plazo máximo de entrega el 10 de marzo de 1894, resultando ganador el entregado bajo el seudónimo de Humboldt2. Los jurados fueron los doctores Manuel Barros Borgoño, Diego San Cristóbal y Emilio Petit. Luego, el texto de Moore fue sometido a revisión del Ministerio de Guerra y Marina, quien instruyó se realizaran cambios y autorizó la impresión en Alemania, por intermedio del mismo autor, quien fue nombrado, en abril de 1896, miembro de una comisión en gira por Europa que revisó los servicios sanitarios en distintos "parques del ejército", hospitales militares, escuelas médico-militares y exposiciones en la materia. Como antecedentes del proyecto editorial, el "Apéndice" menciona un primer manual encargado en concurso por la Emperatriz Augusta de Alemania en 1877 (y que sería escrito por Friederich von Esmarch) y un concurso de la Cruz Roja Internacional, en 1881, ganado por Julius Port. La mención de estos referentes da una idea del tipo de empeño ("aspiracional", diríamos hoy) en que se encontraban las autoridades político-militares del momento: situarse a la altura de los imperios europeos.


(nota al pie 2) El seudónimo escogido revela el peso cultural germano y el perfil del autor. En el curso de su vida Moore, más positivista que su modelo, fue cirujano, urólogo, experto en sífilis (el mal del fin de siècle), reformador de la enfermería, botánico y antropólogo, rotario, director del Museo Nacional de Historia Natural e impulsor del estudio de la Biología Marina. Un pasaje en Santiago, a pasos de Vergara con la Alameda lleva su nombre: Doctor Moore.

Sobre la recepción del libro, con el correr del tiempo se convirtió en lectura básica del ramo en Latinoamérica (Fernández, p. 98). Sobre su recepción más inmediata valga una reseña en la Revista Mensual de Medicina, Virigía, Frarmacia y Veterinaria, publicada en Madrid en 1898, durante la Guerra entre España y EE.UU.:

"En las circunstancias por que desgraciadamente atraviesa nuestra madre Patria creemos cumplir un sagrado deber dando cuenta de una obrita de suma actualidad, que por su carácter cosmopolita, inherente á todo trabajo científico, consideramos de gran utilidad para nuestros cirujanos militares". El recensor dice haber hecho lo posible para que la obra sea comprada por el Cuerpo de Sanidad Militar y de la Amada: "se dictaminó, según nuestras noticias, favorablemente de la obra; y no pasó más, es decir, no se acordó su adquisición por los cuerpos del ejército,por no saber de qué fondos satisfacer los ejemplares que hubiera precisión de tomar" (Reboles, p.77).

2. Formato de bolsillo y encuadernación El libro de bolsillo, masificado en el siglo XX y desarrollado en el XIX con la publicación de novelas en un solo volumen, nace en tiempos de los incunables, con Aldo Manuzzio. En el siglo XIX, la tipología del escritor viajero-investigador, el diarismo y la subjetividad del romanticismo tuvieron que necesitar formas nuevas que facilitaran la escritura "en terreno": agendas y cuadernos posibles gracias a los nuevos procesos industriales de fabricación del papel. La particular encuadernación de Cirugía de la Guerra, un antecedente de las agendas tipo Moleskine, muestra de manera indirecta ese proceso de democratización de la lectura y la escritura.

En Cirugía, el formato determina a lo menos cuatro posibles funciones: manipulación, identificación, uso como carpeta y conservación. 

Primero: el tamaño del volumen hace que el libro sea manipulable con una mano, dejando la otra libre para procedimientos médicos: "Una obra de esta especie está destinada á (sic) ser consultada no solo en los momentos de duda profesional y en los hospitales militares, sino también puede ser un guía en las ambulancias, en la posta de socorro, es decir, bajo el fuego mismo, cuando no se encuentran colegas á quien consultar, ni se puede abandonar al enfermo". (Moore, P.311). Las cursivas son del original. La reseña española antes citada destaca "su elegante encuadernación, en tela roja en forma de cartera, perfectamente trasportable (sic) en cualquier bolsillo". (Reboles p.77).

Segundo: el color rojo permite que sea identificable y difícil de perder o confundir y la materialidad de la cubierta (tela) le da una cualidad, relativamente "impermeable".

Tercero: el cierre y el fuelle parecen hoy opciones extrañas. ¿Un fuelle para guardar qué? ¿Apuntes de lectura? ¿Fichas médicas? ¿Mapas? ¿Cálculos químicos para prescribir medicamentos? Ignoro si el libro, al ser distribuído en su momento, trajo algo dentro de este sobre interior. En cualquier caso, el libro se convierte, también, en carpeta. Su uso específico obedece a una práctica que se podría reconstruir o, al menos, conjeturar. Quizá, la forma de encuadernación fue ideada o adaptada de formas previas anticipando usos posibles. No sabemos, sin embargo, si el formato de encuadernación responde a prácticas anteriores consolidadas o si, meramente, las adelanta.

Cuarto: el buen estado de conservación ejemplar posiblemente ha sido favorecido por su encuadernación. Ello se nota en la mayor presencia de suciedad y foxing en el corte superior que en el corte delantero (protegido). Deterioro que es menor todavía en el corte inferior, lo que indica que el libro fue guardado "de pie". También hay que mencionar el material de costura de los cuadernillos, al parecer un hilo metalizado, coherente en términos simbólicos con la lógica de un libros concebido como instrumento de guerra.

3. Uso de imágenes y similitudes con publicaciones del periodo
Dos ejemplos de páginas enfrentadas que permiten distinguir la flexibilidad con que se imbrica texto e imágen. Obsérvese también el uso intensivo del espacio, con márgenes exteriores mínimos y texto que tiende a perderse hacia el lomo. El espacio en blanco es una ostentación en el marco de los procesos de industrialización de los siglos XVIII-XIX.

Si comparamos la Cirugía con otro libro especialmente influyente en Chile e impreso también por Brockhaus, Nuevo método: (fonético-analítico-sintético): para la enseñanaza simultanea de la lectura i escritura compuesto para la escuelas de la Republica de Chile (Matte, 1884) nos encontraremos con más de un rasgo común.

Para empezar: una tipografía de reminiscencias góticas, en que la letra "e" de guerra, de un título, podría ser intercambiable con la "e" de lectura, escritura y república del otro.

El número de páginas con caracteres arábigos, en la zona superior, centrado y rodeado por rayas horizontales.
Ambas publicaciones están diseñadas conforme a una noción equivalente de la alfabetización visual, recurriendo a elementos icónicos comunes: la mano, la pierna y el pie, la mesa, la rueda y la mujer. En el silabario, la mano estilizada y aislada del cuerpo, en Cirugía, múltiples formas de vendar y amputar esa misma mano. La pierna vestida con una media del silabario pasa a estar vestida con sistemas improvisados de inmovilización (fusiles, vainas de sables, bayonetas). La mesa, deletreada en el silabario, pasa a ser una mesa de maniobras hospitalarias. Los caballos y las ruedas se vuelven instrumentos de salvataje. La mujer, que en el silabario aparece como madre, en el libro de Moore es representada mediante el recurso de la metonimia (senos: maternidad) y usando un cuidado peinado de reminiscencias helénicas, despojada de cualquier expresión de dolor (ver ejemplos en seguida).

En las imágenes de Cirugía desaparecen los animales exóticos o domésticos del silabario (loro, pato, gato, perro, ratón) y aparecen figuras y rostros masculinos,
caracterizados con barba o bigote engomado, de rasgos caucásicos, jovenes. Sea que estén mutilados, agonizantes o convalecientes, parecen insensibles. Elegantes como saliendo de un salón de baile. A lo sumo con el aire de sufrir del desvanecimiento por una pena de amor.

Lo exótico se desplaza de los animales hacia otras culturas: aparecen figuras no europeas pero como cargadores, nunca como víctimas o sujetos del tratamiento médico.

Recordemos que los indígenas no van a la guerra, se les hace la guerra: "en las guerras contra indios y salvajes" (Moore, P.294). Los años 1861 a 1883 corresponden a las campañas de ocupación de la Araucanía de manera contemporánea a la llamada "Campaña del desierto", en Argentina. En las dos últimas décadas del XIX y hasta la primera del XX: genocidio selknam y aoniken, aún no reconocido por el estado de Chile, pese a peticiones de intelectuales y mociones parlamentarias en los últimos años.

El cruce entre escolarización y militarismo, mostrado en este paralelo entre el libro de Moore y el de Matte se hace aún más patente en la ilustración de un libro de José Abelardo Nuñez, El lector américano (1881) , de la misma imprenta.

4. Conclusión
Estudiar el libro Cirugía de la Guerra (1897) de Eduardo Moore Bravo centrándose en su conformación objetual y uso proyectado (libro-pertrecho militar) permite explorar cómo operó y se estructuró durante el siglo XIX el dispositivo ideológico "nación" como comunidad imaginaria que aúna educación escolar y academia, discurso científico (medicina), poder político, militarismo, negocios trasnacionales, cultura impresa y comunidades lectoras. Esta investigación entrega antecedentes sobre cómo, durante el siglo XIX, la construcción de una identidad nacional chilena, pretendidamente unitaria y homogénea se cimentó, en importante medida, en el militarismo ante el cual quedaban supeditadas la identidad de la masa naciente, sus formas de subjetividad, corporalidades y conocimientos.

5. Ficha técnica
Título: Cirugía de la Guerra Autor: Eduardo Moore Bravo Imprenta: F. A. Brockhaus Lugar de publicación: Leipzig Año de publicación: 1897
Tamaño: Estuche cerrado: 15,5 cm x 10 cm / Lomo redondo: 1,7 cm /Orientación: vertical
Número de páginas: 320 Tiraje: 3000 ejemplares
Ilustraciones: "258 figuras"
Ejemplar estudiado: Biblioteca Patrimonial Recoleta Dominica, Recoleta, Santiago, clasificación:
616.083.98
M821 1879
9
La copia de la Biblioteca Nacional ha sido digitalizada y se encuentra disponible en Memoria Chilena.
Breve sinopsis:
Manual de cirugía de guerra, el libro trata sobre las heridas por armas de fuego, la cirugía en hospitales militares, el tratamiento de afecciones y el servicio sanitario en campaña. Consta de 609 temas numerados de manera correlativa y agrupados a su vez en 39 capítulos y cuatro grandes secciones o partes que corresponden a los temas mencionados (heridas, cirugía, tratamiento y servicio). Los contenidos son explicados con el apoyo de "258 figuras ilustrativas" que grafican suturas, nudos, vendajes, amputaciones, compresiones y los distintos procedimientos, aparato e instrumentos médicos descritos.

6. Referencias bibliográficas
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PABLO MENDOZA TOPAZ
15 de agosto de 2019 Magíster Edición UDP