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viernes, 23 de abril de 2021

Letras capitulares en las colecciones de la BPRD

En este mes del libro, destacamos uno de los elementos del libro antiguo que más llamativos suelen resultar cuando entramos en contacto con estos vestigios materiales: las letras capitulares. Este contenido será el primero que trate las partes o componentes del libro, y cuya finalidad será la de ir generando un dossier que incluya las diferentes partes de las que se compone un libro, ahondando en su estructura tanto material como ornamental, profundizando en la historia del libro.


También denominadas inicialesletras capitales, o simplemente capitulares, son un elemento cuya historia se remonta al periodo previo a la creación de la imprenta, cuando los libros eran manuscritos y todavía las páginas no aparecían numeradas, por lo que para el lector era fácil "perderse" en la maraña de contenidos que albergaba el libro, y diferenciar sus subdivisiones por capítulos (debemos pensar que los índices tampoco eran un elemento estructural en la cultura del libro antiguo) por lo que el uso de las capitulares servían como una guía de lectura, para otorgar un orden y una jerarquía al lector, que fácilmente podía con su visualización advertir que se iniciaba un nuevo texto a nivel de capítulo o sección del libro, y en menor medida se pueden utilizar para destacar un texto determinado.

Este tipo de letras, por tanto, suelen aparecer al inicio de un capítulo o párrafo, se caracterizan por tener un tamaño mayor respecto al resto del texto, habitualmente van acompañadas de elementos decorativos y pueden estar pintadas a mano con diferentes colores. Son uno de los denominados "elementos paratextuales" (térnimo latino que podemos traducir como 'junto o al lado del texto'), y se conocen así al conjunto de elementos que son independientes al significado mismo del texto, pero que lo acompañan, lo presentan y le dan presencia (Genette, 2001, 7).

Las iniciales o capitales derivan estilísticamente en sus inicios de la caligrafía uncial, de uso común por parte de los escribas griesgos y latinos hasta el siglo III d.C., caracterizada por presentar todo el texto en mayúsculas, y en la que se suelen adornar de especial manera las letras iniciales. Ya en el siglo VII se puede considerar iniciado el periodo de "vida espontánea de la capital inicial" (Millares, 1971, 43), que sobrevive durante la época medieval como elemento ornamental.

Letra capitular pintada a mano rubricada y enmarcada, con motivos geométricos

Letra capitular pintada a mano rubricada y enmarcada, con motivos geométricos. 

Esta letra caligrafiada tiene una destacada influencia uncial. Colección BPRD

Letra capitular pintada a mano rubricada y enmarcada, con motivos geométricos

Letra capitular pintada a mano rubricada y enmarcada, con motivos geométricos. 

Esta tipología de A mayúscula es similar a la que encontramos en las letras unciales, destaca que está pintada a dos tintas. 

Colección BPRD

Hay algunas variantes de las letras capitales de acuerdo a una clasificación tipológica que se puede realizar, y veremos en detalle a continuación:

Si éstas carecen de adornos y se limitan a tener un tamaño mayor al del resto del texto, se denominan iniciales sencillas.

Letra capitular sencilla manuscrita, con reminiscencias de caligrafía uncial

Letra capitular sencilla manuscrita, con reminiscencias de caligrafía uncial. Colección BPRD

Si por el contrario están decoradas, se denominan capitulares ornamentadas u orladas, que van decoradas; éstas se subdividen en capitulares historiadas, que se caracterizan por incluir escenas con imágenes que ornamentan y pueden representar personas o escenas relacionadas con el contenido del texto (Pedraza, Clemente y de los Reyes, 2003, 78); pero si por el contrario aparecen decoradas con motivos vegetales, son conocidas como floreadas (Martínez de Sousa, 1995, 141); aquellas que no contienen elementos antropomorfos se conocen como capitulares habitadas, mientras que las que presentan personajes antropomorfos se conocen como capitulares figurativas.

Letra capitular historiada habitada (capitular inicial alta)

Letra capitular historiada habitada (capitular inicial alta). Colección BPRD

Letra capitular historiada figurativa (capitular inicial alta)

Letra capitular historiada figurativa (capitular inicial alta). Colección BPRD

Letra capitular historiada figurativa (capitular inicial alta)

Letra capitular historiada figurativa (capitular inicial alta). Colección BPRD

Letra capitular historiada figurativa (capitular inicial alta)

Letra capitular historiada figurativa (capitular inicial alta). Colección BPRD

En ocasiones estas letras son iluminadas, es decir, se decoran ricamente con colores vibrantes y ocasionalmente se realizan con materiales nobles como el oro o la plata; este procedimiento proviene de los manuscritos medievales, donde el copista dejaba el espacio donde iría la letra capitular con lo que se denomina como "letra de aviso" (Pedraza, Clemente y de los Reyes, 2003, 75) que servía para advertir al iluminador que debía intervenir ese espacio. Este procedimiento fue habitual hasta la llegada de la imprenta (Lewin, 2001, 259; Fatás y Borrás, 1993, 134). En el periodo medieval, los textos manuscritos se enriquecían en ciertas partes con color, generalmente en rojo, para destacar habitualmente alguna sección, título o parte del texto. A esta operación, que se efectuaba por un especialista se le llamaba rubricación (del latín, 'rubricare', enrojecer). En ocasiones las letras capitulares están rubricadas, es decir, realizadas con una tinta de color diferente al resto del texto, como ya se ha enunciado, habitualmente en color rojo (Lewin, 2001, 315; Pedraza, Clemente y de los Reyes, 2003, 75). Los procedimientos para decorar con tinta roja también se suelen conocer como miniaturas (del latín 'miniare', colorear con minia u óxido de plomo, componente con que se solían iluminar los códices manuscritos). Esta aplicación fue común desde el medievo y fue aplicada principalmente en combinación con la tinta negra presente en el resto del texto, mientras que los detalles a color se solían utilizar para destacar iniciales y títulos (Millares, 1971, 27).

Letra capitular ornamentada u orlada a dos tintas

Letra capitular ornamentada u orlada a dos tintas. El trazo de esta capitular tiene influencia de las letras unciales; 

está realizada a dos tintas, con influjo de las letras rubricadas. Colección BPRD

Letra capitular floreada (capitular inicial alta)

Letra capitular floreada (capitular inicial alta). Colección BPRD

Letra capitular de un libro de coro, BPRD

Letra capitular pintada a mano, presente en un libro de coro. Colección BPRD

Teniendo en cuenta la posición que la letra inicial ocupa respecto del resto del texto, podemos hablar de letra capitular alta, cuando su parte inferior se alinea con la línea superior del resto del texto; capitular baja, en el caso de que se encuentre alineada con la parte superior de la primera línea del texto, o capitular de dos líneas, cuando su tamaño abarca dos líneas de composición del texto (Martínez de Sousa, 1995, 30). En ocasiones puede haber casos en que la capitular llene por completo en altura la página completa, y el texto se despliegue en la medida en que esa gran letra le deje espacio, y se puede denominar como gran letra capital.

Letra capitular historiada figurativa (capitular inicial alta)

Letra capitular historiada figurativa (capitular inicial alta). Colección BPRD

Letra capitular ornamentada u orlada (capitular inicial alta)

Letra capitular ornamentada u orlada (capitular inicial alta). Colección BPRD

Letra capitular historiada figurativa (capitular inicial alta)

Letra capitular historiada figurativa (capitular inicial alta). Colección BPRD

Letra capitular floreada (capitular inicial alta)

Letra capitular floreada (capitular inicial alta). Colección BPRD

Muchos de los libros de la BPRD contienen estos motivos decorativos, que sirven como ya hemos visto para embellecer y ayudar al lector destacando el inicio de una nueva sección de lectura.

Acá les dejamos algunos ejemplos de "C" iniciales para que puedan ver la amplia variedad presente en las colecciones:

Letra capitular floreada

Letra capitular floreada. Colección BPRD

Letra capitular historiada habitada

Letra capitular historiada habitada. Colección BPRD

Letra capitular historiada figurativa

Letra capitular historiada figurativa. Colección BPRD

Letra capitular floreada

Letra capitular floreada. Colección BPRD

Esperamos que les guste este contenido, que será el primero que trate las partes del libro en profundidad.

Letra capitular pintada a mano rubricada y enmarcada, con motivos geométricos

Letra capitular pintada a mano rubricada y enmarcada, con motivos geométricos presente en un 

libro de coro que contiene notaciones musicales antiguas. Colección BPRD

Letra capitular floreada (capitular inicial alta)

Letra capitular floreada (capitular inicial alta). Colección BPRD

Letra capitular floreada y habitada (capitular inicial alta)

Letra capitular floreada y habitada (capitular inicial alta). Colección BPRD

Letra capitular historiada habitada (capitular inicial alta)

Letra capitular historiada habitada (capitular inicial alta). Colección BPRD

Referencias bibliográficas:

- Fatás, G. y Borrás, G.M.: Diccionario de términos de arte. El vocabulario específico de la escultura, la arquitectura y las artes decorativas. Madrid: Alianza Editorial, 1993.

- Genette, Gerard: Umbrales. México: Siglo XXI, 2001. Disponible en: https://vdocuments.site/umbrales-gerard-genette.html.

- Lewin, A.: Diccionario bilingüe de términos de arte. Madrid: Comunidad de Madrid, Consejería de Educación, 2001. Disponible en: http://www.madrid.org/bvirtual/BVCM001160.pdf.

- Martínez de Sousa, José: Diccionario de tipografía y del libro. Madrid: Editorial Paraninfo, 1995.

- Pedraza, J.M., Clemente, Y. y de los Reyes, C.: El libro antiguo. Madrid: Editorial Síntesis, 2003.

martes, 26 de abril de 2011

Historia de la encuadernación

Encuadernación es el término con que se designa el resultado de un complejo proceso de actividades, que consiste en la unión de determinada cantidad de hojas de pergamino o papel, escritas o impresas, agrupadas en cuadernillos, para formar un cuerpo que se denomina libro.

El arte de la encuadernación, tuvo su comienzo al transformarse el rollo de pergamino o papiro, que resultaba de muy difícil manejo por su forma y dimensiones. El objetivo principal de la encuadernación es la conservación del texto escrito.

Los artesanos y artistas que se dedicaron a este oficio no realizaron muchos cambios técnicos durante el tiempo, pero si crearon una extensa variedad de estilos, dejando plasmada en sus trabajos la huella estética correspondiente a cada época.

Al principio las tapas consistían en dos tablas de madera sujetas por unas cuerdas al cuerpo del libro, las cuales con el tiempo, pasaron a ser verdaderas obras de arte, con preciosas miniaturas, iluminaciones, trabajos de orfebrería, que alcanzaron su máximo esplendor en el período bizantino. En esta misma época se desarrolló otro tipo de encuadernación con características mucho mas sencillas, realizado en los Conventos. Este estilo se denominó encuadernación gótica por coincidir con el período gótico del siglo XIII (las tapas de los libros se cubrían con pergamino).

Las técnicas decorativas del lomo y tapas de la encuadernación mantuvieron una tradición larga y con doble influencia, a través de los artesanos del norte de África y de los monjes irlandeses que trajeron la técnica al continente europeo.

Por ejemplo como cubierta de las tapas se utilizaron planchas de metales preciosos, marfil, esmaltes, piedras preciosas, así como madera tallada. Por otro lado los códices con recubrimiento de piel se decoraban con la técnica llamada gofrado, que se realizaban utilizando pan de oro.

En aquella época el libro era un objeto valioso y muy caro, tanto como puedieran ser las alhajas, por lo que frecuentemente se exigía, para la confección de un libro, un contrato ante notario. El incumplimiento de dichos contratos podía conllevar a juicio y posiblemente pena de prisión.

De esta manera, las encuadernaciones podían revestirse de diferentes formas: los códices de lujo se recubrían con seda, damasco y terciopelo, bordados o decorados con oro y plata, piedras preciosas, esmaltes y marfil; en los manuscritos de uso común se utilizó piel, pergamino o tela. Clavos, cantoneras y bullones servían para proteger las cubiertas de la encuadernación.

Estilos de Encuadernación
La técnica de estampación en frío o gofrado es tan antigua como la propia encuadernación. Los ejemplares mas antiguos que se conocen son bizantinos y los hallados en ma mezquita de Kairuan, Túnez (siglos IX y X) y en Marruecos en la época almohade. Este procedimiento de encuadernación se utilizó hasta el siglo XIV, en que comienzan a introducirse algunos detalles en dorado. A esta técnica le siguió la realizada en piel roja con abundantes estampaciones en oro, con mayor o menor complejidad decorativa y auxilio de policromía (gran difusión en el siglo XV). En España se creo un estilo peculiar conocido como mudéjar español, variante del hispano árabe, donde se funden elementos románticos y góticos con otros de la tradición islámica.

A mediados del siglo XV, con la introducción de la imprenta en Europa, comienza a hacerse popular la encuadernación. Hasta entonces el libro se consideraba un objeto de limitada difusión, confinado generalmente en monasterios y universidades y, muy próximos a estos lugares se situaban talleres de copistas.

La demanda de los libros obligó a crear nuevas técnicas dentro de la encuadernación, como la producción en serie, sin perder por ello el aspecto artesano y estético que la venía caracterizando. Estas modificaciones se notaron más en la ornamentación de los libros. La técnica del uso de hierros individuales para componer diseños dejó paso al de planchas que, de un solo golpe, reproducían la imagen completa, y su diseño fue evolucionando hacia el gusto estético del Renacimiento.

En el siglo XVI, el movimiento renacentista parece destacar por su tónica bastante uniforme: bordes de rectángulos concéntricos, con líneas rectas aplicadas con ruedecillas grabadas. En el tema central predomina el motivo heráldico o geométrico, a veces con cuadrado, rombo o estrella. La ornamentación con follajes, medallones, cuerdas, fauna y flora.

En el siglo XVII apareció un nuevo estilo decorativo derivado del estilo barroco. Los motivos dorados rellenan toda la superficie y dan lugar a decoraciones donde abunda el oro.

Estilo Bizantino (IV-XIII)

Originado en Constantinopla, aparece a finales del siglo IV y se desarrolla hasta mediados del siglo XIII. La encuadernación más corriente en este estilo es la denominada de cartera, con una prolongación de la tapa posterior, en forma de solapa, sobre la tapa superior.

Entre los siglos IX y XV se desarrolla la encuadernación monástica, realizada con tapas de madera recubiertas de cuero, en las que destacan especialmente el cosido sobre los nervios, las cabezas reforzadas y los bullones en las tapas con cierres y cantoneras.

Estilo románico (XII-XIV)

El estilo decorativo en la encuadernación románica toma sus motivos de formas arquitectónicas como arcos, torres o fachadas.

Estilo gótico (XIII-XVI)

Surge a finales del siglo XII a causa de la corriente estética que se desarrollaba en esos momentos. Fue muy difundido por toda Europa, los motivos principales son figuras inscritas en plaquitas cuadradas o triangulares: torres, leones, cabras, etc. Los mas sencillos tienen el lomo y las tapas decordas con simples filetes diagonales o rombos. También se le conoce como gótico monástico.

Estilo mudéjar (XIII-XVI)

Fue un estilo muy peculiar, creado y desarrollado en España durante el período gótico, derivado de la combianción de la cultura occidental con la cultura islámica, que alcanzó su mayor esplendor en los siglos XIV- XV. Sus características principales son: la piel de recubrimiento trabajada mediante la técnica del gofrado o estampación de relieve, y el diseño formado por una combinación geométrica de líneas.

Estilo renacimiento (XV-XVII)

Estilo que nace en Italia y destaca por su elegancia y lujo. Se realizan grandes composiciones con pequeños hierros con motivos procedentes de la arquitectura.

Estilo barroco (XV-XVIII)

Estilo que consiste en llenar por completo las tapas con estructuras de cuadrados y hexágonos, decorados con hierros sueltos estampados en oro. En los diseños de las encuadernaciones españolas influyeron mucho los bordados populares de Toledo, Salamanca, Zamora y las Alpujarras.

Estilo plateresco (XVI-XVII)

Creación española basada en la línea estética propia del siglo XVI, que se puede considerar como una mezcla de los estilos renacentista e isabelino. Sus características fundamentales son: la abundancia decorativa, imitando a los bordados, y la semejanza con el trabajo realizado por plateros y orfebres.

Estilo fanfare (XVI-XVII)

De composición muy cargada, sus principales características son el trazado de doble línea o filete formando rombos, y la composición realizada con hojas y pequeñas flores.

Estilo abanico (XVII-XVIII)

Su característica consiste en la disposición radial del tema, semejante al varillaje de los abanicos, tanto en sus cuatro costados como en el centro.

Estilo pointillé (XVII)

Tipo de filigrana que se asemeja a los encajes, conseguida al grabar con hierros punteados.

Estilo rococó (XVII-XVIII)

Toma el nombre del estilo artístico que sucede al barroco. Se caracteriza por sus motivos ornamentales, que en su mayoría son la flor y las hojas del acanto.

Estilo neoclásico (XVIII-XIX)Este estilo surge a finales del siglo XVIII, como una reacción al desmesurado y extravagante estilo barroco. Se caracteriza por su sencillez en la composición de los temas ornamentales basados fundamentalmente en líneas rectas y grecas.

Estilo cortina (XVIII)
Creado y desarrollado en España a finales del siglo XVIII. Realizado sobre pieles de vivos colores o pasta valenciana, sigue conteniendo los enmarcados propios del Neoclasicismo, situando en las esquinas líneas semejantes a cortinajes que se sujetan en el centro.

Estilo catedral (XIX)

La frialdad del neoclasicismo inicia el desarrollo de un nuevo estilo a mediados del siglo XIX denominado de catedral, por imitar los diseños de las ventanas góticas.

Estilo romántico (XIX)

Nace en Alemania como protesta a las formas clásicas. Inspirado en los valores espirituales de la Edad Media, con la aportación del buen gusto y refinamiento francés.

Estilo modernista (XIX)

Trata de romper con la tradicional concepción de arte vigente, grandes curvas, largas y ondulantes con motivos vegetales y elementos fantásticos.

A finales del siglo XVIII, surgió un grupo de artistas vinculados al impresor Benito Monfort y al encuadernador Benito Fuster, que comienzan a producir nuevos diseños, creando la escuela valenciana. A partir de esa época, los encuadernadores se dedican a recrear y mezclar la diversidad de estilos existentes.

Texto e imágenes:
Felipe Gilabert Rodríguez
Bibliotecólogo Biblioteca Patrimonial Recoleta Dominica

Fuente:

Vergara Peris, José. Conservación y restauración de material cultural en archivos y bibliotecas. Valencia: Generalitat Valenciana, 2005.
238 p.

viernes, 24 de abril de 2009

Historia del Libro

Terminando este mes de abril, publicamos el último artículo dedicado al "Mes del libro".

Las tablas de arcilla


Los primeros libros aparecieron en Mesopotamia en el año 3000 a. de C. éstos consistían en tablas de arcilla que contenían caracteres o dibujos realizados con un punzón, los pueblos que utilizaron las primeras obras escritas fueron: los sumerios y los babilonios.

El papiro

La civilización egipcia se desarrolló alrededor del 3150 a. C. y el 31 a. C. aproximadamente, este pueblo fue el primero en utilizar los rollos de papiro, que es un material parecido al papel, que se extraía de los juncos del delta del río Nilo -que se enrollaba en un palo de madera- el texto se escribía también con una pluma de junco en compactas columnas y por una sola cara. La longitud de estos rollos fue muy variable, pues una de las más largas mide 40,5 metros y se encuentra en el Museo Británico de Londres.

Otras civilizaciones que utilizaron el rollo de papiro, fueron la griega y la romana. Atenas, Alejandría y Roma fueron grandes centros productores de libros de papiro, los cuales exportaban a todo el mundo conocido en la antigüedad. El copiado de los libros era un trabajo lento y costoso que realizaban los escribas o escribientes, que eran profesionales dedicados a copiar, escribir y dictar los rollos, los cuales solían protegerse con telas y llevar una etiqueta con el nombre del autor. Lamentablemente debido a la fragilidad del material con que se confeccionaban los papiros, así como la humedad de los climas en los cuales se producían, gran parte de la literatura escrita en este soporte se ha perdido de manera irreversible.

El pergamino


Este material derivado de la piel de animales como ovejas, cerdos, cabras, etc. fue utilizado por los persas, los hebreos y otros pueblos en cuyo territorio no abundaban los juncos, y fue el rey Eumenes II de Pérgamo, en el siglo II a. C. uno de los que más fomentó su utilización, de modo que hasta el siglo IV d. C., había sustituido casi por completo al papiro como soporte para la escritura

Códice

El códice (del cual derivan los actuales libros) fue utilizado por los griegos y los romanos para registros contables o libro escolar. Estaba confeccionado como un cuadernillo de hojas rayadas hechas de madera cubierta de cera, de manera que se podía escribir con algo afilado y borrarlo después. A esta estructura posteriormente se le fue agregando hojas adicionales de pergamino, las cuales fueron formando cuadernillos, que luego se reunían entre dos planchas de madera y se ataban con correas. La escritura se realizaba en columnas que eran más anchas que las de los rollos de papiro.

Libros medievales europeos

En Europa a comienzos de la Edad Media (siglo V d. C.) la escritura y producción de los libros era realizada exclusivamente por los monjes, tanto para otros religiosos, como para los gobernantes del momento. La mayoría de las obras tenía temáticas religiosas y/o teológicas, sin embargo también se realizaban copias de obras famosas de la antigüedad. El diseño de las obras incluía dibujos realizados con tintas doradas y de otros colores, que generalmente se empleaban con las letra capitales o capitulares para iniciar los capítulos o párrafros de la obra.

Las portadas de los libros medievales eran frecuentemente de madera, adornadas con trabajos de orfebrería en oro, plata, esmaltes y piedras preciosas, reforzadas con piezas de metal y con cierres en forma de botones o candados. Estos bellísimos ejemplares eran auténticas obras de arte en cuya fabricación y confección intervenían orfebres, artistas y escribas profesionales, por esta misma razón los libros en aquella época eran escasos y muy costosos.

El libro en Oriente

Los libros del Oriente se estima fueron escritos en tablillas de madera o bambú, que se unían entre sí. Otro tipo de libros eran los constituidos por largas tiras de una mezcla de cáñamo y corteza inventada en el siglo II d. C. por los chinos. Al principio estas tiras, se cortaban con plumas o pinceles de junco y se envolvían alrededor de cilindros de madera para formar un rollo. Posteriormente, se comenzaron a plegar en forma de acordeón, a pegarse en uno de los lados y a colocarles las portadas hechas de papel fino o tela.

Libros impresos

En el siglo VI a. C. , en China ya se imprimían textos utilizando pequeños bloques de madera con caracteres incisos, el más antiguo de los libros impreso de este modo, que se tenga noticia, es el Sutra del diamante, data del año 868, otro texto de similares características es El Tripitaka, un texto budista, que alcanzaba las 130.000 páginas, fue impreso en el 972 .

En el siglo XI, los chinos inventaron la impresión a través de bloques móviles, que podían ensamblarse y desensamblarse entre sí para componer distintas obras. Sin embargo no se utilizó mucho este sistema, debido a que el enorme número de caracteres chinos, hacia inabordable el uso de este medio de escritura.


También en Europa en la Edad Media se imprimieron libros con bloques de madera, idea que se estima provino de los contáctos que se tenían con Oriente. Las obras impresas con esta técnica, solían ser del tipo religioso, con grandes ilustraciones y poco texto.

Libros del renacimiento

En el siglo XV dos grandes inventos revolucionaron la producción de libros en Europa. El primero fue el papel, cuya fabricación aprendieron los europeos de los musulmanes, y estos últimos a su vez lo aprendieron de los chinos. El segundo invento fue los tipos de imprenta móviles en metal, inventada por el alemán Johannes Gutenberg, quien publicó en 1456 la Biblia de Gutenberg utilizando este sistema.

Estos avances tecnológicos simplificaron la producción de libros, convirtiéndolos en objetos relativamente fáciles de confeccionar y, por tanto, accesibles a una parte considerable de la población. Gracias a esto en el siglo XVI, tanto la cantidad de obras como las copias aumentaron significativamente.

La imprenta llegó a América en 1540, año en que empezó a funcionar la imprenta en México. La edición de libros se inició en seguida y se multiplicó extraordinariamente, tanto en Nueva España como en el Perú.

Libros contemporáneos

Con la revolución industrial la producción de libros se convirtió en un proceso mecanizado, en nuestro siglo se publican grandes tiradas de libros a un precio relativamente bajo, gracias a los avances tecnológicos en el campo editorial. Así, la baja en el costo de la producción del papel y la introducción de la tela y la cartulina para la confección de las portadas, de prensas cilíndricas de gran velocidad, de la composición mecanizada de las páginas y de la reproducción fotográfica de las imágenes han permitido el acceso a los libros a la mayor parte de los ciudadanos occdientales.

En América Latina se han desarrollado varios grandes centros productores de libros, a través de sus editoriales más conocidas, en Argentina, Chile, Colombia, México y Cuba.

Bibliografía:

Icarito: Día mundial del libro (2009, abril 27). Historia del libro [On line].
Disponible: http://icarito.latercera.cl/medio/articulo/0,0,38035857_0_200315472,00.html

Wikipedia: la enciclopedia libre (2009, abril 24). Libro [On line].
Disponible: http://es.wikipedia.org/wiki/Libro

miércoles, 7 de enero de 2009

Nueva exposición "Bibliotecas, catálogos y manuales"



Este 2009 inauguramos las exposiciones bibliográficas en la BPRD con "Bibliotecas, catálogos y manuales" en la cual, como su nombre lo indica podrán apreciar obras que tienen directa relación con la historia del libro y el trabajo en bibliotecas, por lo tanto queda abierta la invitación para que vengan a ver obras como:

- "Biblitheconomie ou nouveau manuel complet pour l´arrangement, la conservation et l´ administration des bibliotheques" del año 1841, cuyo autor es Leopold Constantin.

- "Catálogo por orden alfabético de los libros que contiene la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile" del año 1854.

- "Catálogo de la biblioteca i manuscritos de Benjamín Vicuña Mackenna" del año 1886.

- "Bibliografía de la imprenta en Santiago de Chile : desde sus orígenes hasta febrero de 1817" del año 1961, cuyo autor es José Toribio Medina.

- "Los libros, su origen, sus amigos y sus casas" del año 1919, cuyo autor es Luis Popelaire.